ABRAHÁM, NUESTRO PADRE EN LA FE
Te pedimos, Dios de nuestro padre Abrahám y Dios nuestro,
que nos concedas una fe fuerte, diligente en el bien,
una fe que abra nuestros corazones a Ti
y a todos nuestros hermanos y hermanas;
y una esperanza invencible, capaz de percibir en todas partes
la fidelidad de tus promesas.
En el nombre grande Jesús te
pido que guíes mi crecimiento cada día.
Amén
¿Quién fue Abrahám?
Abrahám es un personaje muy importante en nuestras historias. Estas historias que estamos contando y que sacamos de la Biblia.
Abrahám vivía con su esposa y sus familiares en una ciudad llamada Ur. Allí estaba cómodo y vivía muy bien.
Pero un día Dios le habló a Abrahám y le dijo algo que lo sorprendió: Deja tu casa, deja tu ciudad y sal para una tierra que Yo te indicaré.
Y ¿qué creen ustedes que hizo Abrahám?
Pues recogió todas sus cosas y se despidió de todos. Tomó a Sara, su esposa, y a un sobrino que era huérfano, llamado Lot. Abrahám y Sara no tenían hijos.
Se llevó también a sus sirvientes y sus ganados. Llevaban camellos para cargar el equipaje y para viajar ellos. Llevaban también corderos y ovejas. Y llevaban tiendas de campaña para acampar en los campos por donde viajarían.
Partieron para un viaje que iba a durar mucho tiempo.
¿Por qué creen ustedes que Abrahám obedeció esa orden tan rara
que Dios le había dado?
Porque él confiaba totalmente en Dios. El creía que si Dios le pedía eso, sería porque eso era lo mejor para él y su familia.
Y confiado en Dios, partió a un sitio que ni siquiera sabía dónde quedaba, ni como se llamaba. Estaba confiando que Dios se lo iba a indicar, como le había prometido.
¿Cómo fue el viaje?
Caminaban por tierras desconocidas, tomaban agua de los pozos que conseguían y acampaban en los sitios donde había agua y donde había pasto para los ganados.
Un día llegaron a la tierra de Canaán. Canaán era una tierra linda y fértil. Y allí se detuvieron porque Dios volvió a hablarle a Abrahám.
La hermosa tierra de Canaán
¿Qué le dijo Dios a Abrahám al llegar a Canaán?
Mira esta tierra. "Te la voy a dar a ti y a todos tus descendientes".
Y Abrahám pensaba: pero si yo no tengo hijos…
Y Dios seguía hablándole: "Serás padre de muchísima gente, de un gran pueblo. Yo seré el Dios de ustedes, y ustedes serán mi Pueblo".
Abrahám pensaría: Bueno, esto es raro, pero para Dios no hay nada imposible. Y así seguía confiando en Dios.
¿Qué era lo que más quería Abrahám?
Ahora que Dios le había prometido que sería padre de mucha gente, Abrahám y Sara querían tener un hijo.
Pero pasaba el tiempo y nada que venía el hijo. Abrahám y Sara eran ya muy viejos.
Un día Abrahám le dijo a Dios: "ya soy viejo y Sara también. Cuando muera mis sirvientes serán los que heredarán mis cosas".
¿Qué le contestó Dios a Abrahám?
"Ven afuera a ver las estrellas. ¿Puedes contar las estrellas?"Abrahám se quedó callado sin poder contar las estrellas. Y Dios continuó:
"Te prometo que vas a tener una descendencia más numerosa que las estrellas del cielo".
Bueno, aunque aquello parecía imposible, Abrahám seguía confiando, porque sabía que Dios estaba con él.
¿Y qué pensaría Dios de Abrahám?
Dios estaba contento, muy contento con Abrahám, porque confiaba en Él.
¿Qué sucedió un tiempo después?
Estaba Abrahám en la entrada de su tienda y Sara estaba dentro de la tienda. Y se presentaron a la tienda de Abrahám tres hombres.
Abrahám se sorprendió de esa visita, porque en esa tierra tan despoblada, era muy raro que vinieran visitantes
Entonces Abrahám los atendió muy bien. Le pidió a Sara que preparara una buena comida. Sara horneó pan y mataron un ternero para comer.
¿Qué le dijeron esos visitantes a Abrahám?
"¿Dónde está Sara?", dijo uno de ellos. Abrahám contestó que estaba adentro en la tienda.
Entonces uno de ellos le dijo esto: "Antes de un año, Sara tendrá un hijo".
Sara, que estaba dentro de la tienda, pero podía oír lo que decían, se río, pensando que eso era imposible.
¡Es que Sara ya tenía 90 años y Abrahám tenía 100 años! En esa época la gente vivía muchísimo más que ahora. Pero la verdad es que ya estaban bien viejos para tener bebés.
Uno de los visitantes dijo: "¿Y por qué Sara se ríe?" Sara se apenó y pretendió decir que ella no se había reído.
El visitante continuó: "Nada es imposible para Dios".
¿Qué pensó Abrahám?
Enseguida que dijeron que para Dios no hay nada imposible, Abrahám se dio cuenta que esos visitantes eran enviados de Dios. Y que lo que habían prometido se iba a cumplir.
¿Qué sucedió con Sara?
Que tuvo su bebé nueve meses después de esa visita misteriosa. Se cumplió lo que los visitantes habían prometido.
¿Saben cómo se llamó el bebé?
Isaac
¿Y saben que significa Isaac?
Risa. Alegría, porque Sara se rió y porque Isaac era un bebé lindo y muy querido, que vino a alegrar la casa de Abrahám y Sara.
¿Y qué pasó cuando Isaac ya estaba grandecito?
Sucedió algo impresionante. Dios volvió a hablarle a Abrahám: "Quiero que tomes a tu hijo Isaac, a tu hijo muy querido y que me lo ofrezcas en sacrificio".
¡¡¡Qué!!! pensó Abrahám. El hijo que me prometiste y ahora ¡me lo pides! ¡Qué cosa más inesperada! Y ¡qué cosa más dolorosa!
¿Y qué creen ustedes que hizo Abrahám?
Este hombre bueno siguió confiando en Dios y haciendo todo lo que le pedía hacer.
Aunque esto no calzaba con la promesa de Dios de tener una gran descendencia y aunque esto le doliera muchísimo, Abrahám siguió obedeciendo a Dios.
Abrahám sabía que eso era lo que debía hacer y que Dios arreglaría las cosas.
¿Cómo fue el viaje hacia el monte donde Abrahám iba a sacrificar a Isaac?
Abrahám iba tristísimo. Isaac estaba extrañado, porque su papá le dijo que iban a ofrecer un sacrificio, pero no llevaban ni oveja ni cordero para el sacrificio. Llevaban la leña y el cuchillo, pero faltaba el animal.
Isaac le preguntó a Abrahám: "¿y dónde está el animal para el sacrificio?" Abrahám le dijo a su hijo: "Dios lo proveerá".
¿Qué sucedió al llegar a la cima del monte?
Abrahám puso a Isaac sobre la leña y levantó el cuchillo para sacrificarlo….!!!
Pero un Ángel le sostuvo la mano a Abrahám para que no matara a su hijo Isaac. Y le dijo: "No lo sacrifiques. Ahora sé que amas más a Dios que a tu hijo".
Imagínense la impresión de Abrahám y de Isaac. Y ¡qué alivio tuvieron! Dios los había probado y Abrahám mostró que Dios es lo más importante, más importante que su propio hijo.
Dios estaba muy contento con Abrahám.
¿Y qué pasó enseguida?
Abrahám volteó y vio un carnero enredado entre la maleza. Era el animal para el sacrificio.
Recuerden que Abrahám le había dicho a Isaac: "Dios proveerá el animal para el sacrificio". Y así fue.
Abrahám mató al carnero y lo ofreció en sacrificio a Dios.
Porque él confiaba totalmente en Dios. El creía que si Dios le pedía eso, sería porque eso era lo mejor para él y su familia.
Y confiado en Dios, partió a un sitio que ni siquiera sabía dónde quedaba, ni como se llamaba. Estaba confiando que Dios se lo iba a indicar, como le había prometido.
¿Cómo fue el viaje?
Caminaban por tierras desconocidas, tomaban agua de los pozos que conseguían y acampaban en los sitios donde había agua y donde había pasto para los ganados.
Un día llegaron a la tierra de Canaán. Canaán era una tierra linda y fértil. Y allí se detuvieron porque Dios volvió a hablarle a Abrahám.
¿Qué le dijo Dios a Abrahám al llegar a Canaán?
Mira esta tierra. "Te la voy a dar a ti y a todos tus descendientes".
Y Abrahám pensaba: pero si yo no tengo hijos…
Y Dios seguía hablándole: "Serás padre de muchísima gente, de un gran pueblo. Yo seré el Dios de ustedes, y ustedes serán mi Pueblo".
Abrahám pensaría: Bueno, esto es raro, pero para Dios no hay nada imposible. Y así seguía confiando en Dios.
¿Qué era lo que más quería Abrahám?
Ahora que Dios le había prometido que sería padre de mucha gente, Abrahám y Sara querían tener un hijo.
Pero pasaba el tiempo y nada que venía el hijo. Abrahám y Sara eran ya muy viejos.
Un día Abrahám le dijo a Dios: "ya soy viejo y Sara también. Cuando muera mis sirvientes serán los que heredarán mis cosas".
¿Qué le contestó Dios a Abrahám?
"Ven afuera a ver las estrellas. ¿Puedes contar las estrellas?"
Abrahám se quedó callado sin poder contar las estrellas. Y Dios continuó:
"Te prometo que vas a tener una descendencia más numerosa que las estrellas del cielo".
Bueno, aunque aquello parecía imposible, Abrahám seguía confiando, porque sabía que Dios estaba con él.
¿Y qué pensaría Dios de Abrahám?
Dios estaba contento, muy contento con Abrahám, porque confiaba en Él.
¿Qué sucedió un tiempo después?
Estaba Abrahám en la entrada de su tienda y Sara estaba dentro de la tienda. Y se presentaron a la tienda de Abrahám tres hombres.
Abrahám se sorprendió de esa visita, porque en esa tierra tan despoblada, era muy raro que vinieran visitantes
Entonces Abrahám los atendió muy bien. Le pidió a Sara que preparara una buena comida. Sara horneó pan y mataron un ternero para comer.
¿Qué le dijeron esos visitantes a Abrahám?
"¿Dónde está Sara?", dijo uno de ellos. Abrahám contestó que estaba adentro en la tienda.
Entonces uno de ellos le dijo esto: "Antes de un año, Sara tendrá un hijo".
Sara, que estaba dentro de la tienda, pero podía oír lo que decían, se río, pensando que eso era imposible.
¡Es que Sara ya tenía 90 años y Abrahám tenía 100 años! En esa época la gente vivía muchísimo más que ahora. Pero la verdad es que ya estaban bien viejos para tener bebés.
Uno de los visitantes dijo: "¿Y por qué Sara se ríe?" Sara se apenó y pretendió decir que ella no se había reído.
El visitante continuó: "Nada es imposible para Dios".
¿Qué pensó Abrahám?
Enseguida que dijeron que para Dios no hay nada imposible, Abrahám se dio cuenta que esos visitantes eran enviados de Dios. Y que lo que habían prometido se iba a cumplir.
¿Qué sucedió con Sara?
Que tuvo su bebé nueve meses después de esa visita misteriosa. Se cumplió lo que los visitantes habían prometido.
¿Saben cómo se llamó el bebé?
Isaac
¿Y saben que significa Isaac?
Risa. Alegría, porque Sara se rió y porque Isaac era un bebé lindo y muy querido, que vino a alegrar la casa de Abrahám y Sara.
¿Y qué pasó cuando Isaac ya estaba grandecito?
Sucedió algo impresionante. Dios volvió a hablarle a Abrahám: "Quiero que tomes a tu hijo Isaac, a tu hijo muy querido y que me lo ofrezcas en sacrificio".
¡¡¡Qué!!! pensó Abrahám. El hijo que me prometiste y ahora ¡me lo pides! ¡Qué cosa más inesperada! Y ¡qué cosa más dolorosa!
¿Y qué creen ustedes que hizo Abrahám?
Este hombre bueno siguió confiando en Dios y haciendo todo lo que le pedía hacer.
Aunque esto no calzaba con la promesa de Dios de tener una gran descendencia y aunque esto le doliera muchísimo, Abrahám siguió obedeciendo a Dios.
Abrahám sabía que eso era lo que debía hacer y que Dios arreglaría las cosas.
¿Cómo fue el viaje hacia el monte donde Abrahám iba a sacrificar a Isaac?
Abrahám iba tristísimo. Isaac estaba extrañado, porque su papá le dijo que iban a ofrecer un sacrificio, pero no llevaban ni oveja ni cordero para el sacrificio. Llevaban la leña y el cuchillo, pero faltaba el animal.
Isaac le preguntó a Abrahám: "¿y dónde está el animal para el sacrificio?" Abrahám le dijo a su hijo: "Dios lo proveerá".
¿Qué sucedió al llegar a la cima del monte?
Abrahám puso a Isaac sobre la leña y levantó el cuchillo para sacrificarlo….!!!
Pero un Ángel le sostuvo la mano a Abrahám para que no matara a su hijo Isaac. Y le dijo: "No lo sacrifiques. Ahora sé que amas más a Dios que a tu hijo".
Imagínense la impresión de Abrahám y de Isaac. Y ¡qué alivio tuvieron! Dios los había probado y Abrahám mostró que Dios es lo más importante, más importante que su propio hijo.
Dios estaba muy contento con Abrahám.
¿Y qué pasó enseguida?
Abrahám volteó y vio un carnero enredado entre la maleza. Era el animal para el sacrificio.
Recuerden que Abrahám le había dicho a Isaac: "Dios proveerá el animal para el sacrificio". Y así fue.
Abrahám mató al carnero y lo ofreció en sacrificio a Dios.
Génesis 12,1-4
El Señor le dijo a Abrahám:
«Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, y vete a la tierra que te mostraré.»«Haré de ti una nación grande, y te bendeciré; haré famoso tu nombre, y serás una bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; ¡por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!»
Abrahám partió, tal como el Señor se lo había ordenado, y Lot se fue
con él. Abrahám tenía setenta y cinco años cuando salió de Jarán.
Génesis 21, 2-3
Sara quedó embarazada y le dio un
hijo a Abrahám en su vejez. Esto sucedió en el tiempo anunciado por Dios. 3
Al hijo que Sara le dio, Abrahám le puso por nombre Isaac.
Génesis 22 1-3
Pasado cierto tiempo, Dios puso a
prueba a Abraham y le dijo:
—¡Abraham!
—Aquí estoy —respondió.
Y Dios le ordenó:
—Toma a tu hijo, el único que
tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo
como holocausto en el monte que yo te indicaré.
Abraham se levantó de madrugada y
ensilló su asno. También cortó leña para el holocausto y junto con dos de sus
criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado.
Hebreos 11:1
Es,
pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve... 6 Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que
se acerca a Dios crea que él existe y que es galardonador de los que le buscan.
¿Qué es la fe?
LOS 5 PILARES DE NUESTRA FE:
2) Dios es el Creador.
3) Dios interviene en la historia.
4) Dios es justo y misericordioso.
5) Dios me ama infinitamente.
1) DIOS ES EL
SEÑOR
- Si Dios es el
Señor, significa que yo soy el siervo.
- Yo no soy igual a Dios. Si puedo
hablarle de "tú" a Dios es porque Él me lo ha permitido aún cuando
soy muy inferior. Debo tener siempre la actitud de que Dios está muy por encima
de mi.
- En nuestra época, erróneamente se
considera que Dios es un "igual", que tiene que convencerme de todo
para que yo lo acepte y que tiene que darme lo que yo le pido.
- ¿He ido perdiendo el sentido de su
autoridad y mi deber de obedecerlo? Porque Dios es mi Señor, yo tengo deberes y
obligaciones que cumplir para con Él.
2) DIOS ES EL
CREADOR
3) DIOS INTERVIENE EN MI HISTORIA
- A Dios le
importa la gran historia de los pueblos y mi pequeña historia personal. Dios si
me escucha, está atento e interviene (actúa), en mi vida. Dios no es insensible
a mi sufrimiento y cuando así conviene hace milagros.
- Sin embargo, debo también aceptar el
"MISTERIO", es decir, que no todo lo que Dios permite en mi vida
tengo que entenderlo. Puedo preguntarme: Si Dios no es insensible a mi
sufrimiento, ¿por qué sufro?; si Dios interviene en la historia, ¿por qué a
veces parece que no interviene?
- Aceptar el misterio, es aceptar que con
mi inteligencia no puedo entender todo con respecto a Dios y que esto es
normal.
- Cuando te sientas así, dile a Dios:
"No entiendo Señor, pero creo en tu amor, creo en Ti".
4) DIOS ES JUSTO
Y MISERICORDIOSO
Dios da a cada uno según su conducta. Dios premia a los buenos y castiga a los
malos.
- ¿Por qué entonces, a veces veo que, los malos viven muy bien toda su vida, mientras que los buenos viven pasándola mal?
- Dios siempre premia a los buenos y castiga a los malos, sólo que lo hace en la vida eterna: en el cielo o en el infierno.
- Nunca debo olvidar que Dios es también MISERICORDIOSO, esto significa que durante mi vida, no importa lo malo que yo haya sido, siempre me perdona, siempre me está esperando con los brazos abiertos, solo es necesario "que yo quiera volver a El". Recuerda que si un alma va al infierno, no es porque Dios sea malo, sino porque esa alma usando su "LIBERTAD", ella sola es quien ha escogido la perdición, se ha negado a escuchar a Dios y sus oportunidades de perdonarlo y acercarse a El.
5) DIOS ES AMOR
La fe se define con un sencillo ejemplo:
Un día el hijo le pregunto a su padre que era la fe, el padre muy cariñosamente le explico a su hijo con un ejemplo. Ven acompáñame al sótano para darte un ejemplo claro de fe, el padre entro al sótano dejando al niño en las escaleras, el lugar estaba oscuro y el niño no podía ver a su padre, él le dice al niño ahora lánzate, y el niño se negó a hacerlo ya que no veía a su padre, el padre insistió de nuevo que se lanzara y que no tuviera temor ya que el si podía ver al niño desde donde estaba. El niño se lanzó y el padre lo tomo en medio de la caída y bajándolo al suelo le explico, así es la fe de los hombres a Dios, nunca podremos entender ni ver las cosas que Dios nos pide, pero al final él siempre nos tomará entre sus brazos y hará en nosotros su divina voluntad.
Actividad
Con 4 dibujos representa las vivencias
de Abrahám desde el llamado que Dios le hizo.
Evaluación
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